8.8.14

Nieblas

niebla de tucumán

los cerros, la niebla telón de fondo.
un calor insensato, las bocinas, los motores,
los ruidos que no esperábamos.
crepitan los pasos en las veredas angostas,
se apuran para que no los trague la boca
profunda de la siesta. los vendedores ambulantes
y sus mantas y sus cables como cordones umbilicales
prendidos a los faroles; el pollito pío en todos los parlantes
trina en los patios de la casa de la independencia, 
el balcón donde fumo mirando los cerros,
la niebla inexplicable de esta mañana.

me dicen que la niebla no es niebla:
es tierra en el aire, nubes de tierra
que hacen de los cerros puro contorno.
cuando llueve, la tierra se aplaca
y se ven los árboles y las casas
y el cristo en los cerros.


niebla de rosario

el calor desconcierta ahora
que hemos expulsado microscópicas
partículas de agua de los pulmones.
nos dejó la niebla brazos vacíos que,
más bien, nos apretaron un poco.
el río, los árboles, las caras desaturadas:
meros edificios de la imaginación.
transpiran las calles mientras camino
como si protestaran ahora
su nostalgia de agua.

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