15.8.14

Baldías [fragmento]

"El hombre que apura el paso, entra y alborota la vigilancia quieta de los perros debe ser el padre de los chicos. Alejandro. Alejandro Ponce, creer recordar. Se frena en seco cuando la ve sentada en la penumbra y se queda así, durante unos segundos que se estiran. Ella quiere presentarse, se pone de pie pero hace tantas horas que no habla más que dentro de su cabeza que la voz sale ronca, torpe. Le parece que los perros están de su lado, igual tiene que estar atenta, concentrarse en cualquier cosa que delate que allí está pasando algo que no debería pasar.
“¿Y por qué asunto viene?”, pregunta él como quien pregunta si hay milanesas para la cena. Y ella le suelta toda la historia, tratando de observar las expresiones faciales de ese hombre que se ha quedado ahí, sin moverse. Poco puede ver en la penumbra y la inquietud que crece en presencia del hombre tampoco colabora. Tendría que haberse ido. Pero no se fue, así que le explica, como puede, que alguien informó que hacía unos cuantos días que no veían a María Viviana Soler, que si ella no tiene mal los datos, es su concubina, la madre de los chiquitos que están solos adentro y que su trabajo es verificar que todo esté bien. Una formalidad nada más, le dice, porque empieza a tener miedo y el remis no aparece. Siente los ojos de los chicos clavados en la espalda y nota que el padre los mira y que deben haberse ocultado porque el haz de luz que de pronto los iluminaba se opaca y los ojos otra vez tienen que amoldarse a la penumbra. El hombre clava sus ojos en el suelo, eso cree ver. Debe estar buscando las palabras en su cabeza, las palabras que expliquen lo que ha sucedido, porque es evidente que algo ha sucedido, aunque ese algo puedan ser mil cosas que ella nunca antes ha escuchado. O que ha escuchado muchas veces de maneras distintas. Es mentira que toda esa gente se parece, como le dicen sus amigos o algún conocido cuando se entera de qué trabaja. Algunas historias se parecen y otras no, pero esas que no se parecen a nada, se disfrazan para hacerse clasificables, para que ciertas personas puedan decir que a toda esa gente le pasan siempre las mismas cosas."

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